“Los Maestros temblorosos”
Introducción
Siendo maestra frente a grupo con alumnos de quinto grado, un catorce de septiembre de mil novecientos noventa y cinco, a las ocho con cinco minutos, iniciando las actividades escolares, ya instalados en el aula de clases, comenzamos a organizar las acciones de la siguiente semana, ya que seríamos los responsables de la guardia, por lo que debíamos hacer mención de lo acontecido el 19 de septiembre 1985, les platicaba de lo que viví ese día, cuando sentí que el piso se movía, inicialmente creí que me estaba sugestionando por el tema, pero les pregunté a mis alumnos, quienes también percibieron el movimiento, ante la afirmación, salimos de acuerdo a las indicaciones de un simulacro de evacuación, ya en la escalera, sentimos como aumentó el movimiento, estando nosotros ya en el patio, comenzó a darse a alarma en la escuela. Nosotros actuamos antes de la alarma. Mi grupo se encontraba tranquilo y observando lo que ocurría alrededor, todos callados y atentos. Por ser casi la hora de entrada, aún se encontraban varios padres y madres de familia afuera de la escuela, ante la contingencia, los padres pidieron entrar a ver a sus hijos. DEBO DESCRIBIR LO QUE OCURRIÓ: Madres de familia gritando, corriendo, llorando y jalando a sus hijos de todos lados para tenerlos a todos juntos, para llevarselos a su casa. Vi como el orden perfecto que mantuvimos por escasos cinco minutos, en lo que salieron todos de sus salones y se concentraron en el patio, se terminó con la entrada de los adultos, quienes, sin medir precauciones, ni razones, comenzaron a desorganizar el orden, para llevar a sus hijos a los salones por sus mochilas y de alli a su casa. En ese momento todo se convirtió en desorden, los niños que estaban acostumbrados a los simulacros, ayudaron a los más pequeños para tranquilizarlos, pero al ver a los adultos alarmados y viendo desmayarse a una mamá, comenzaron los llantos y la angustia. En resumen, un día tranquilo, se descompuso y no sólo por el movimiento telúrico, sino, porque los padres entraban y salian, unos con niños o sin ellos. Finalmente me quedé con menos de la mitad de alumnos, terminamos el día con el anécdota y al día siguiente, les preguntamos a los que se fueron que hicieron en su casa, lo que nos dijeron que nada y que se la pasaron jugando en la calle. En resumen, estaban en resguardo lo que estuvieron en la escuela por muchas razones que a continuación hago mención.
Creación de CENAPRED
Como se mencionó en el texto anterior, en 1985, siendo el 19 de septiembre a las 7:20 hrs. dió inicio el sismo más intenso que haya tenido historia la Ciudad de México y no por la magnitud en sí, sino por la forma, lo cual dejó un sin número de inmuebles derrumbados, edificios, casas, fábricas, medios de comunicación, etc. La Ciudad de México quedó colapsada en todos sus puntos, por el terremoto de 8.1 grados. A este sismo, le sobrevino la réplica más fuerte del 20 de septiembre, en la cual se terminaron por derrumbarse, lo que quedó fracturado el día anterior, de ese fatídico momento quedaron gran cantidad de historias, familias destruidas y fragmentadas, precisamente por ser una hora en la que los alumnos se encontraban en las escuelas y los padres en sus trabajos, en su defecto, en el traslado a ellos, por lo que fué muy difícil localizar a muchas personas, hubo miles de muertos y pérdidas económicas grandiosas.
A raíz de este acontecimiento, la Universidad Autónoma de México y los Brigadistas que se presentaron como voluntarios en aquellos días, se dieron a la tarea de pedir al Gobierno la conformación de una organización encargada precisamente de investigar los fenómenos naturales que tanto había afectado a la ciudad y al país, cabe señalar que México se encuentra justamente sobre la unión de tres placas tectónicas, lo que lo hace vulnerable a los movimientos telúricos. Así que el día 20 de septiembre de 1988 se crea el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED). Organismo que a la fecha se encarga de investigar y crear programas de acción ante la prevención de desastres.
Conjuntamente con este organismo, trabaja el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), quien comenzó a trabajar en 1986, sin un marco jurídico que lo sostuviera, fué hasta el año 2000 que se aprobó la Ley General de Protección Civil. Desde entonces, dicho sistema realiza actividades dirigidas a la población en cada una de sus esferas a fin de activar la protección de los ciudadanos en el ámbito en el que se encuentren.
Acciones de CENAPRED y el SINAPROC
El CENAPRED como ya se señaló se encarga de hacer la investigación de las zonas de riesgo, los fenómenos que las pueden afectar y toma datos que traduce en informes al Gobierno, mismos que son la base para que el SINAPROC formule los planes de acción para cada uno de los desastres y éstos son comunicados a los diferentes contextos sociales, mediante el organismo interno, desde entonces, el día 19 de septiembre de cada año, se hace la renovación del Comité de Seguridad en cada uno de los organismos, esa fecha está señalada para recordar mediante una ceremonia luctuosa a los muertos en ese día. Así mismo, se debe realizar un simulacro de evacuación general de cada organismo, desde hace unos años se convoca a que se haga en una hora específica en la Ciudad de México, en la cual las oficinas, edificios y escuelas son evacuadas de acuerdo al protocolo de seguridad conocido y simulado en cada uno de ellos.
Acciones en las Escuelas
Como ya se mencionó en lo expuesto anteriormente, dentro del Programa del SINAPROC, las escuelas tienen un Plan Anual de Trabajo de los Comités de Seguridad y Emergencia Escolar, mismo que inicia con la conformación del Comité que se forma por un Presidente, Vicepresidente, Secretaria y las Diferentes Brigadas, conformados por maestros y padres de familia, quienes realizarán las siguientes acciones:
- Integración y oficialización del Comité de Seguridad y Emergencia Escolar de cada ciclo.
- Hacer la presentación del Comité y la Toma de protesta en el Homenaje Luctuoso del día 19 de septiembre.
- Buscar en medida de lo posible la capacitación para sus brigadas.
- Formular el calendario de simulacros de evacuación que se llevarán a cabo en el ciclo escolar.
- Realizar los simulacros durante el ciclo escolar.
- Cronometrar y evaluar cada uno de los simulacros.
- Ante una contingencia, las brigadas comenzarán sus funciones.
- Elaborar el directorio escolar
- Colocar señalizaciones de las zonas de riesgo y las rutas de evacuación.
- Elaborar y socializar las medidas de comunicación que se implementarán ante una emergencia.
En cada una de las escuelas, el Presidente del Comité de Emergencia y Seguridad Escolar es el directivo de la misma, quien junto con el Comité de Participación social se darán a la tarea de buscar información y capacitación para sus brigadas. Todo esto funciona de maravilla en papel y durante los simulacros, todos actuamos de manera tranquila, incluso en ocasiones hasta desatenta por parte de algunos, sobretodo los adultos.
Hay un punto que quiero resaltar, siempre nos dicen mantener la calma, sin embargo, los maestros o directivos no estamos exentos a ser temerosos, incluso de sentir terror ante una contingencia o angustia producida por un acontecimiento de tal magnitud. Es por eso, que a lo largo de mi experiencia laboral, ante una emergencia real, no falta el maestro o maestra que se encuentra pálida o al borde del desmayo. Sin embargo, a pesar de eso, “debemos cumplir con el Protocolo”.
Ante una emergencia, lo primero es mantener la calma, ubicar a TODOS los miembros de la comunidad escolar en la zona de seguridad, una vez ubicados en cada zona de seguridad, la Brigada de comunicación, junto con el Presidente, Secretaria y los responsables de cada brigada de comité, se darán a la tarea de hacer la inspección ocular del edificio. En ocasiones la alarma ha sido tan grande como ocurrió en el caso expuesto, que no dieron tiempo los padres de cumplir con el protocolo respectivo. Es allí cuando los “maestros temblorosos” tienen que sacar valor, sobreponerse y atender la contingencia de la mejor manera.
Después de todo lo expuesto, la experiencia que nos queda a lo largo del tiempo que hemos vivido en una zona sísmica, trabajando en comunidades escolares con diferentes funciones es que nos falta mucho por construir, ya que la información a veces se queda en eso, sólo mera información. Hace falta mayor acción por parte de los actores educativos en todos sus niveles (alumnos, maestros, padres de familia, autoridades y comunidad del entorno). En esa medida, podemos prevenir no sólo los riesgos ante un temblor, sino ante otras contingencias.
Al finalizar les dejo unos links, de páginas donde pueden obtener información, así como el Manual de Seguridad Escolar, quien dentro del Programa de Escuela Segura, puede aportar material información y de acción a cada uno de los comités que se integran en cada escuela, quizá al estar mejor preparados, con mayores conocimiento y resolviendo los detonantes de riesgo, podramos manejarnos con mayor seguridad ante una emergencia y dejar de ser los “maestros temblorosos” durante una crisis.
Rosa Ma Salazar
Links:
El día que tu relatas yo también lo viví, había dejado a Ángel en la escuela y ya estaba llegando a casa cuando ocurrió el temblor, fue muy fuerte, pero como mi hijo estaba contigo [era tu alumno] no me preocupe.
ResponderBorrarSi recuerdo que me contaste de las madres de familia pero no tan explícitamente como lo relatas.
Es muy importante que tomemos conciencia de que hacer en alguna contingencia ya que nos puede suceder en cualquier momento y la gente entra en pánico. Aquí en Toluca hace dos años tuvimos una especie de tornado, comenzó aproximadamente a las 7:15 am, tiro anuncios espectaculares que cayeron en las vialidades, árboles, bardas, techos de lámina y los habitantes no sabíamos que hacer, yo aún estaba en la Facultad y nos mandaron a casa, me expuse a sufrir algún accidente en el trayecto a casa, esto es por no saber que es lo que se debe hacer. Actualmente no se que hacer en caso de que se repita tal contingencia y curiosamente nunca lo había pensado...
Precisamente, allí radica la prevención, es muy importante saber que hacer en cada una de las contingencias ambientales o atmosféricas, tampoco yo sabía que hacer en tornados, hasta que vivo en una zona de ellos, aquí es muy común y las personas saben que en esos momentos, no debes salir a la calle y resguardarte en un lugar seguro, alejado de ventanas. Me tocó ver como un carrito del supermercado de esos que dejan fuera de la zona asignada a ellos, se fué con la velocidad del viento sobre un automóvil y golpeó un coche, le dejó el golpe marcado en la puerta del carro. Cuando Fran me platicaba eso, no se lo creí. Ahora al sonar la sirena (avisan con sirena la llegada de tornado como 20 min antes) busco el lugar más seguro de donde me encuentre. Finalmente son fenómenos que están monitoreados y pueden predecirse tanto su fuerza, como su dirección, nos queda sólo estar alertas e informados. Gracias por tu comentario.
BorrarExcelente crónica y excelente recordar lo que parece hemos olvidado, en efecto hace mucho tiempo del fatídico 85, quienes lo vivimos, jamás deseáremos volver a repetirlo, aquí lo grave radica en que las nuevas generaciones de docentes minimizan la importancia de la prevención, existen y lo sabemos, las brigadas de seguridad y después del susto de este viernes 8 debemos reconsiderar nuestro actuar!!! Mil gracias por seguir apoyando desde lejos!! La tarea no termina, debemos ser serios y comprometernos aún más. Saludos amiga!!
ResponderBorrarGracias por tu comentario amiga, nadie pensaría lo que pasaría diez días después, espero que lo que viven esos maestros temblorosos jóvenes, les permita buscar información y corresponde a las autoridades acercarlos (por la buena o no) a las capacitaciones de prevención de desastres y no sólo en sismos, sino en incendios, bueno, vamos, en lo mínimo, en una emergencia con sus alumnos. Estos jóvenes universitarios no saben cuan grande es su responsabilidad el ser maestros y estar al frente de un grupo de niños. Gracias y a seguir colaborando, en mi lejanía, quizá lo haga con información.
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